Anoche a la una de la madrugada me encontraba de caza cual felina tras un mosquito (mínimo tigre) del tamaño de mi pulgar. Y lo peor no es que lo escuches zumbar incordioso mientras tú descansas plácidamente en la cama, no.... Lo peor es cuando ya no lo oyes porque se ha parado a buscar la cena; es tarde y el pobrecito tiene hambre.
martes, 21 de septiembre de 2010
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